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El efecto Dunning-Kruger y las oposiciones

Dunning-Kruger en oposiciones

Alguna vez te he hablado de ese alumno que me lo encontraba siempre a la salida de los exámenes, ese que se quejaba de todo y de todos, nunca asumiendo que, si no aprobaba, a lo mejor, también era por culpa suya. Era víctima del efecto Dunning-Kruger en oposiciones.

También te podría contar el caso contrario, el de un alumno que durante la última parte de la preparación se le veía muy agobiado y que decía que no iba bien. Y luego fue el número 1 provincial en Auxiliar Administrativo del Estado.

Hay opositores que tienden a pensar que van mucho mejor de lo que realmente van. Otros, no son conscientes de que van bien y subestiman sus posibilidades.

Existe una teoría psicológica que explica en buena parte estos fenómenos, se llama el efecto Dunning-Kruger. ¿Quieres saber cómo afecta a las oposiciones? ¿Sí? Escucha, esta píldora te interesa.

¿Qué es el efecto Dunning-Kruger?

El efecto Dunning-Kruger suele explicarse en términos de habilidades metacognitivas. Este enfoque se basa en la idea de que las personas de bajo rendimiento no han adquirido la habilidad de distinguir entre el buen y el mal rendimiento.

Así, tienden a sobrevalorarse a sí mismas porque no ven la diferencia cualitativa entre sus rendimientos y los de otras personas.

También se ha denominado el “relato de la doble carga”, a la falta de habilidad le acompañada la ignorancia de dicha falta.

Cómo aplicar el efecto Dunning-Kruger a las oposiciones

Resumiendo, imagina un opositor que, por ignorancia, cree que sabe más de lo que realmente sabe y, además, rehúye de la comparación con los resultados de sus compañeros de clase.

En más de un artículo te he comentado que en mi academia, cuando llegaba el final de la preparación, muchos opositores decidían perderse los simulacros de exámenes porque les venía mejor quedarse en casa estudiando.

Te diré que muchos de ellos, a la salida del examen, se les veía con cara de no entender qué había pasado.

Si no te mides a los demás, desde el principio, si no eres capaz de medir tus resultados reales y se honesto contigo mismo, repito, desde el principio… Puedes caer en las garras de Dunning-Kruger.

Lo más triste de todo es que este efecto puede llevar a algunas personas a tomar malas decisiones, como elegir una oposición para la que no son aptas.

Lo he visto en demasiadas ocasiones. Te aseguro que no es plato de buen gusto tener que sentar a un alumno opositor delante de ti y explicarle, de la mejor forma, lo más suave posible, que no está cualificado para la oposición que se está preparando en tu academia. Que le recomiendas que cambie de oposición.

Este efecto también puede inhibir a los afectados de abordar sus deficiencias para mejorarse a sí mismos. Es decir, como les dificulta ver la situación real, les impide realizar el cambio para mejorar sus carencias.

En algunos casos, el exceso de confianza asociado puede tener efectos secundarios positivos, como aumentar la motivación y la energía. Efectos que se diluyen tras el trompazo en la oposición, con caras de no entender nada.

El efecto Dunning-Kruger también afecta al buen opositor

Este efecto también puede presentarse en personas que sí que tienen conocimientos reales sobre una materia, pero creen saber menos de lo que realmente saben.

Así, opositores con conocimiento real tiende a subestimar su competencia.

Muchas personas con alto rendimiento, que subestiman sus habilidades, pueden renunciar a oportunidades profesionales viables que coincidan con sus habilidades en favor de otras menos prometedoras que están por debajo de su nivel de habilidad.

En tu vida diaria seguro que conoces personas incompetentes dirigiendo a personas más competentes.

Al principio de la preparación no eres consciente del reto al que te enfrentas. Sin embargo, cuando llevas más de la mitad del trabajo hecho ves huecos y carencias por todos lados.

Si te ocurre esto repasa este artículo, te explicamos cómo saber si un tema lo llevas bien. Aleja los fantasmas, céntrate en lo que te falta sin caer en los brazos de Dunning-Kruger.

Cómo sobrevivir al efecto Dunning-Kruger en las oposiciones

Atención:

Si pecas de subestimarte cíñete a los resultados que obtienes y tapa los agujeros.

Si los resultados te dicen que vas bien no pienses lo contrario. No permitas que te baje la moral un efecto que quiere empañar tu trabajo.

¿Qué podemos hacer si sospechamos que la sombra de este efecto se cierne sobre nosotros?

Ocurre cuando le dices a todo el mundo que vas bien, estás convencido de ello, pero no te atreves a realizar test o comparar resultados con los compañeros de clase.

Consejos prácticos para oposiciones.

Para minimizar el efecto Dunning-Kruger y no convertirnos en esa persona que cree saber de todo sin ir realmente bien preparado, lo más importante es aplicar algunas pequeñas reglas:

  1. Lo primero es ser consciente de que existe este efecto. Sé honesto contigo mismo y admite que existe la posibilidad de que no vayas tan bien como crees.
  2. En segundo lugar, deja espacio para la duda. Si alguien cree que una pregunta, un tema, un epígrafe, es diferente a como creemos saber, dale una oportunidad. No siempre vas a tener la razón. Repasa la materia de forma honesta y profunda.
  3. Y, en tercer lugar, mide todos tus logros. Los test, los supuestos, los éxitos en memorización de los temas, el cumplimiento de tu calendario de estudio y de las metas que te vas poniendo. Pero realiza mediciones reales, no te hagas trampas a ti mismo. Si lo haces caerás en las garras de Dunning-Kruger.

A ver, piensa un poco. Si todas las empresas miden continuamente sus resultados, si los deportistas lo hacen, si tu médico analiza tus análisis para ver cómo estas… ¿Cómo no vas a medir la preparación que llevas? Debes tomarte muy en serio la medición de todo lo que haces. Tu aprobado va en ello.

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